Si tu piel es sensible o atópica merece un cuidado especial y muchos mimos. Estos tipos de piel son muy delicados y pueden sufrir de sequedad, picor y
enrojecimiento debido a una alteración en su barrera protectora. Si tienes piel atópica, es
posible que experimentes brotes de eczema y otros problemas. Por otro lado, si tienes piel sensible, es posible que sufras de enrojecimiento, picazón, descamación, ardor o irritación por diversas razones, como la exposición a ciertos productos químicos, cambios de clima, alergias, estrés, mala alimentación o afecciones médicas. Para cuidarla adecuadamente, es fundamental usar productos suaves y libres de ingredientes tóxicos. Los cosméticos naturales son ideales, ya que contienen ingredientes suaves y menos irritantes que los cosméticos convencionales.
Además, debemos evitar situaciones que puedan irritar la piel, como el estrés, cambios bruscos de temperatura y ciertos alimentos. Recuerda que el cuidado amoroso de tu piel es esencial para mantenerla sana, radiante y feliz.